El
papel de María de Pacheco (1497-1531)
Doña María
Pacheco fue hija del primer marqués de Mondéjar (y segundo Conde de
Tendilla), llamado el "Gran Tendilla", y de
Francisca Pacheco, hija de Juan de Pacheco, el turbulento primer marqués de
Villena. Escogió el apellido materno al tener dos hermanas con su mismo nombre.
De las
cartas del padre de doña María se desprende que el conde de Belchite fue la
primera opción barajada por la estrategia familiar de los Tendilla y que el
conde trataba de contentar las aspiraciones de su hija sin poder ofrecerle la
dote que había adoptado la hija mayor. Las hijas mayores, por lo general, eran
mejor dotadas que sus hermanas.
'Doña María de Pacheco despues de Villalar' Vicente Borrás Mompó, 1887. Universidad de Barcelona. |
Fue así
como se fue trabando el destino de María de Pacheco para arrojarla en brazos de
Juan de Padilla, cuyo casamiento debió negociarse a lo largo de 1510.
Durante algunos meses, los principales instigadores del
movimiento comunero: Padilla, Hernando de Avalos, Juan Carrillo…dominaron la ciudad. En
torno a estos regidores y caballeros comenzaron a destacarse una serie de nombres
nuevos: el maestro Quílez, Moyano…Los primeros se esforzaron por dar vida y
poder al movimiento. Los segundos dominaban los barrios de Toledo manteniendo
el fervor revolucionario entre la población. Doña María servía como nexo de unión
entre ambos grupos, y en su casa se reunían los notables que mantenían relación
con la Junta. Por el momento, doña María se mantenía a la expectativa, pero su
autoridad se acrecentaba cada vez más en la ciudad.
Hay que
esperar al año 1521 para que el nombre de María Pacheco empiece a aparecer en los
documentos entorno a un nuevo asunto en el que se pone de manifiesto su
ambición familiar. El joven arzobispo de
Toledo, Guillermo de Croy, falleció en Wörms el 7 de enero. Los comuneros se
apresuraron a nombrar adelantado de Cazorla, perteneciente al arzobispado, a
Juan de Padilla; pero el mismo marqués de Mondejar, hermano de María, se encargó
de evitar que los representantes de su cuñado pudiesen tomar posesión, pidiendo
para ello respaldo de Roma.
<< Nadie acate al cardenal
ni obedezca a su Consejo
a Padilla le nombramos
general de los ejércitos,
que el oro que se iba a Flandes
ya no salga de este reino>>
Las
apetencias de Doña María, sin embargo, picaban más alto, hasta la misma catedra
arzobispal, para la que propuso a su propio hermano Francisco de Mendoza. La
situación se complicó aún más con la aparición en la ciudad del obispo de
Zamora, don Antonio de Acuña, que había sido enviado por la Junta a tierras
toledanas. La multitud que allí se concentró lo aclamaron con entusiasmo y le llevo en procesión hasta la catedral,
donde fue entronizado en la silla arzobispal al grito de que nadie mejor que
él, para escándalo de los canónigos que se encontraban en ese momento
celebrando el oficio de las tinieblas.
Padilla es
derrotado y decapitado en Villalar el 24 de abril de 1521 junto con Juan Bravo
y Francisco Maldonado. Fue con gran entereza al patíbulo, habiendo dejado antes
escritas unas cartas a su esposa y a la ciudad de Toledo.
<<Señora:
si vuestra pena no me lastimara más que mi muerte, yo me tuviera enteramente
por bienaventurado(…) Mi criado Sosa, como testigo de vista e de lo secreto de
mi voluntad, os dirá lo demás que aqúi falta, y asi quedo, dejando esta pena,
esperando el cuchillo de vuestro dolor y de mi descanso”
Al recibir
las malas es entonces cuando María entra realmente en la historia como enérgico
soporte de la última resistencia de las Comunidades de Castilla en Toledo,
ocupando el Alcázar con sus fieles el 28 de abril y dirigiendo, primero desde
su casa y luego desde allí, la resistencia al emperador, colocando tropas en
las puertas toledanas, mandando traer la artillería desde Yepes, implantando
contribuciones y nombrando capitanes de las tropas comuneras toledanas.
<<Mi corazón se ha quedado
que ya nada más le alivia
Mientras me siga latiendo,
consagraré su energía
a cumplir las voluntades
que me expresasteis en vida.>>
Tras
rendirse Madrid el 7 de mayo solo
resistía Toledo. El marqués de Villena, tío de María, entro en la ciudad
y el 15 de mayo escribía a los gobernadores pidiéndoles que el prior de San
Juan cesase en su hostigamiento a la ciudad que él trataba de allanar. Su
táctica era la de otorgar perdones a aquellos caballeros que se prestasen a ir
a luchar contra los franceses, lo que propiciaría no pocas deserciones entre
ellos. No obstante, carecía de los poderes para negociar y se encontró con la
poca flexibilidad de doña María y los jefes comuneros.
El largo lapso que Toledo resistió se debió en parte a que el
ejército real fue a Navarra para combatir la invasión francesa que comenzara el
10 de mayo, oportunidad que muchos ex-comuneros aprovecharon para lograr el
perdón luchando contra Francia. Según confirma Joseph Pérez María contactó con
los franceses durante agosto de 1521 para informar a los franceses sobre la situación
de Toledo.
<< Hasta seis meses prolonga
Toledo su rebeldía
y al cabo de los seis meses
se rinde doña Maria
por abreviar las desgracias
que de nada servirían
Mas si Toledo se rinde,
Toledo no está vencida.>>
Aunque el cerco a Toledo se completó el 1 de
septiembre, los toledanos realizaban salidas con distinto éxito para
avituallarse. El 16 de octubre sufrieron una seria derrota frente a las tropas
del Prior de San Juan en una de estas salidas, cundiendo el desánimo y
favoreciendo la firma de una tregua favorable a los sublevados, el llamado
armisticio de la Sisla, logrado gracias a la mediación del obispo de Bari. La
cercanía del invierno y las dificultades monetarias en las tropas reales
también influyeron en el acuerdo. El 25 de octubre de 1521 los comuneros
evacuaron el Alcazar toledano aunque conservaron sus armas y el control parcial
de la ciudad.
<<Toledanos, toledanos
que en el reino no se diga
que al perder a sus mejores
Toledo quedó vencida.
Si dignos no somos de ellos,
No seremos gente indigna>>
No gustó este armisticio en la corte ni entre los
gobernantes castellanos y, sólo aparentemente, convivían realistas y comuneros
en paz en Toledo.
Al celebrar los "realistas" en Toledo
la elección del regente Cardenal Adriano de Utrech como Papa, se produjeron
disturbios aprovechados para pedir la rendición total en diciembre, así como de
la entrega de María, por lo que los toledanos se alzaron el 3 de febrero de
1522, fracasando ante las tropas del prior de San Juan y el ex-comunero Juan de
Zumel, ahora mas "realista" que ninguno.. Hay sospechas de que su
hermana mayor la ayudó a huir con la ayuda de Gutierre López de Padilla y la
connivencia incluso del Obispo de Bari. María Pacheco se fugó de noche
disfrazada de aldeana. Pidió ayuda en el palacio de su tío el segundo marqués
de Villena en Escalona y logró llegar a
Portugal.
<<Viéndolo todo perdido,
sus hombres aún lucharán
reteniendo a los reales
hasta que logre escapar
al amparo de la noche
camino de Portugal>>
Exceptuada en el perdón general del 1 de octubre
de 1522 y condenada a muerte en rebeldía en 1524, María subsiste con
dificultades. Juan III de Portugal no hace caso de las peticiones de expulsión
que le llegan desde Castilla, y tras tres meses de errar es ayudada por Diego
de Sosa, arzobispo de Braga, y luego por el obispo de Oporto Pedro de Acosta.
Vivió, delicada de salud, en la casa del dicho Pedro de Acosta que era el
capellán mayor de la esposa de Carlos V, Isabel de Portugal.
- "Padillas y Acuñas en la Comunidad de Toledo", de Antonio Paz y Melia. Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, num 12 (1903) pag 403-419.
- "María Pacheco", Fernando Martínez Gil, Ediciones de Castilla-La Mancha en la colección Almud 2005
- “Los comuneros” , Luis López Alvarez, Diputacion provincial de Valladolid, 1985
- “La revolución de las comunidades de Castilla 1520-1521” J. Perez, España Editores
Magnífico Mercedes, al igual que Ana. Seguid así.
ResponderEliminarAtentamente,